Esta entrada ha sido escrita por Macarena Romero, del Programa de Acción Pública de la Federación Internacional Fe y Alegría.
Entre estos objetivos que se aprobarán definitivamente en Septiembre durante la Cumbre de Naciones Unidas en la Sede de Nueva York, se definen metas que tienen que ver con la lucha contra la pobreza, el cambio climático, la desigualdad mundial o la igualdad de género entre otros:
Para el cumplimiento específico del que será el Objetivo de Desarrollo sobre educación que persigue “asegurar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje para toda la vida y para todas las personas”, los representantes de la sociedad civil del mundo educativo que impulsan la Campaña Mundial se pusieron de acuerdo en señalar que las prioridades en relación a la financiación son:
1. Compromisos cuantificables de financiación de la educación en los presupuestos nacionales con el 20% del presupuesto nacional y al menos 6% del PIB. Esto ya se incluía, con un alto nivel de consenso entre representantes de administraciones públicas, políticos y sociedad civil, en la Declaración Final del Foro Mundial sobre Educación celebrado en Corea del Sur el pasado mes de mayo.
2. Enfatizar que la responsabilidad de financiar la educación es del Estado y las administraciones públicas (vs. las crecientes iniciativas de privatización de la educación con la participación del sector privado).
Con gran participación del sector privado, está teniendo lugar esta semana La Cumbre de Oslo sobre Educación para el Desarrollo, liderada por Ministerio Noruego de Asuntos Exteriores y con la presencia de grandes holdings educativos y multinacionales. En este sentido, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha advertido recientemente sobre los peligros de esta tendencia hacia la privatización mediante en una significativa Resolución en la que instan a los Estados a regular y supervisar a los que suministran la educación privada y reconocen el potencial “gran impacto de la comercialización de la educación en el disfrute del derecho a la educación.”
3. Apoyar los movimientos ciudadanos que persiguen la justicia tributaria para garantizar la adecuada financiación de la educación.
A este respecto, dos instituciones jesuitas, la Federación Internacional Fe y Alegría y el Centro Bonó de República Dominicana ya han firmado la llamada Declaración de Lima, sobre Derechos Humanos y Justicia Fiscal.
4. Aprovechar las alianzas ya existentes en favor de la financiación de la educación y que incluyan unos objetivos más ambiciosos.
5. Apoyar un reparto equitativo y de calidad de las asignaciones presupuestarias de inversión en educación teniendo en cuenta el cuerpo de docentes.
6. Exigir una mayor transparencia y responsabilidad presupuestaria contando con la sociedad civil para planificar el destino de los presupuestos.
Estos requisitos se consideran indispensables si se persigue el cumplimiento real del Objetivo sobre educación de calidad en 2030. Es verdaderamente la hora de la acción mundial; es el momento de influir para que nuestros representantes políticos mundiales adopten en Addis Abeba un compromiso real y cuantificable por la educación.
Puede leer aquí el documento de posicionamiento de la Campaña Mundial por la Educación al completo.
Fuente: http://edujesuit.org
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